jueves, 13 de septiembre de 2012

EL CITOTROFOBLASTO Y SINCITIOTROFOBLASTO


 PLACENTA HUMANA
         

Después de la fecundación se produce la segmentación del cigoto a medida que éste  se traslada por la trompa. Cuando alcanza el útero (aproximadamente 5 días después de la fecundación), ya se ha formado la blástula o blastocisto, compuesto por una capa de células (trofoblasto) que rodean a una cavidad (blastocele) en la que en un extremo (polo 
embrionario) se sitúa un  conglomerado de células (masa celular interna). Las células del trofoblasto están implicadas en la fijación e implantación del embrión y en la posterior formación del corion y de la placenta. La masa celular interna será la encargada de formar al individuo y además participará en la formación de ciertas estructuras extraembrionarias 
(amnios, saco vitelino y alantoides).
 La implantación ocurre hacia el sexto día después de la fecundación. En el proceso, el trofoblasto invade el estroma endometrial. El trofoblasto pronto origina dos capas celulares, una externa: el sincitiotrofoblasto, encargada de erosionar el endometrio, y otra interna: el citotrofoblasto, con capacidad de división. En la invasión el sincitiotrofoblasto se llenan de sangre materna, fundamental para la alimentación del embrión en los primeros días de la gestación. El tejido uterino materno implicado en el proceso de implantación 
recibe el nombre de decidua.
 Entre los días 13 y 21 se organizan las  vellosidades coriales  (Figura 1). El 
citotrofoblasto forma las vellosidades coriales hacia los tejidos maternos originando una envoltura continua, la coraza citotrofoblástica. Entre los días 21 y 40 es posible distinguir en  el  corion  una  región  lisa  y  otra  frondosa,  que  constituye  el  componente  fetal  de  la placenta. 
 Desde finales del 4º mes al término de la gestación la placenta conserva su 
estructura general. La placenta, por lo tanto, es un órgano maternofetal que presenta dos 
componentes:
(1) una porción fetal que se desarrolla a partir del saco coriónico;
(2) una porción materna que deriva del endometrio.

El oxígeno y los nutrientes pasan desde la sangre materna a través de la placenta hacia el feto para alimentarlo, y el dióxido de carbono y los materiales de deshecho desde el feto a la madre para ser eliminados. Todos estos compuestos han de atravesar la barrera placentaria que está compuesta por tejidos extrafetales que separan la sangre fetal de la materna, estando formada durante la mayor parte de la gestación por cuatro 
capas:
(1)  Sincitiotrofoblasto.
(2)  Citotrofoblasto.
(3)  Tejido conectivo en las vellosidades (mesodermo extraembrionario somático).
(4)  Endotelio de los capilares fetales.
 No debe olvidarse, además, que cada elemento epitelial tiene su membrana basal  que también participa en la barrera. A partir  de  la  20ª  semana  se  producen  cambios progresivos en las vellosidades, el citotrofoblasto desaparece y la barrera llega a estar formada por delgados parches  de sincitiotrofoblasto siendo, por lo tanto, mucho más efectiva.



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